Unas hebras de tabaco.
La soledad que me acompaña.
Huésped convertido en un montón de folios
con aspecto de habitar el olvido.
Quisiera tener la constancia del mar, pero no debo.
Las hebras de tabaco
mezcladas y envueltas,
la boquilla en su sitio,
la primera calada,
el sorbo de café.
Ya nada parece ajeno.
No importa mi historia
ni qué haya sucedido antes.
Nada importa nada
aunque la constancia del mar diga lo contrario.
No debe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario