-“ Mira, déjalo
Candela fue a la cama y se dejó caer en ella, como si el peso de toda una vida le aplastara. Se abandonó acurrucándose, vestida bajo las sábanas, tapaba su cabeza con un gesto lento y cansado, con los pies fuera y descalzándose al mismo tiempo. Lo único que parecía no suceder a cámara lenta era la caída de sus zapatos desde los pies.
Se sentía aislada del mundo mientras estaba acurrucada en su cama, siempre pensaba que allí metida nada ni nadie le podría dañar,… un pensamiento de lo más ridículo,… era así como se sentía.
Durante toda su vida jamás tuvo que mentir, ni guardar secreto alguno, nunca antes tuvo un secreto
Fragmento de un escrito de Reidi
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