
Hoy me levanté dispuesta a pasar un sábado de lo más relajada, con la única preocupación de recordar si tenía suficiente pan para el desayuno, o si debía enfundarme el chándal y salir corriendo a la panadería, antes de que todos se despertaran. Rara vez es la que no termino tomando el café en el cuarto de baño mientras intento quitarme la cara de << ¿qué queréis?, ¡es lo que hay!>>.Tenía pan, y deseaba poder disfrutar de uno de los momentos que más me gustan del fin de semana: desayunar sin prisas, en pijama, sin agobios de ningún tipo.
Poco tiempo después de estar sentada en la cocina, con el café recién hecho entre mis manos, mi tostada de pan integral, abstraída en el placentero lapso de la “tranquilidad”, percibí que mi hija, pegada a mi lado, me observaba de una manera poco habitual. Yo no quería ni mirar con el rabillo del ojo, sabía que en cuanto lo hiciese, algo rompería ese instante de paz. Pero claro,… me pudo la curiosidad.
- ¿Qué? - le pregunté con la taza a medio camino de mi boca.
-Nada - me contestó sin dejar de mirarme.
Yo, con los labios apretados y esperando un no se qué, (que sería el motivo de que se me enfriara la tostada, como siempre), volví a insistir una vez más:
-A ver, suéltalo ya…
Mi hija sin pensárselo dos veces, decidida, aunque con cierto incomodo, me arrojó la pregunta que le rondaba por su cabeza, de la manera que solo los pre-adolescentes de 11 años suelen hacer, sin previo aviso y de sopetón:
-Mamá, ¿cómo se sabe si estás enamorada?... ¡pero enamorada de verdad!
Me quedé con el café a medio camino, la miré fijamente y comprendí que no debía tomarme esa pregunta a la ligera.
-Pues verás, hay algo de química - su ceja se levantó como si me dijera, ¿para qué le habré preguntado? -, pero sobre todo hay síntomas que son del todo inconfundibles.
La ceja plegó a su sitio de origen y como esperaba, me volvió a preguntar:
-¿Qué síntomas?
-Cariño, cuando se está enamorada, todo tu ser deja de estar dormido para despertar ante cosas que no apreciabas antes con la misma intensidad. Notas que todo te llega de manera más intensa, para lo bueno y para lo malo. Por ejemplo, si algo te gusta de verdad, deseas poder compartirlo con esa persona, si estás mal, deseas que te arrope y se convierte en el único pensamiento, cuando te levantas, piensas en él y al acostarte el último pensamiento es también para esa persona. El enamoramiento es una revolución y si notas que eres correspondida, flotas en una nube y se te queda una carita de tonta, que hace que los que te rodeen se empalaguen, pero cuando no lo eres, cuando no te sientes correspondida, entonces, cariño,… duele.
-¿Qué duele?
-Pues duele todo … y mucho, sientes como un dolorcillo en el pecho cuando piensas en él, y lloras, aunque no quieras hacerlo, lloras y es la única manera de sentir algo de sosiego,… te sientes triste y nada consigue sacarte de esa sensación de injusticia cósmica - sonreí al decir lo de cósmica. Ella me miró y parecía decirme que lo de la “injusticia cósmica era una tontería”-. Vale, no es cósmica,… es de lo más humana, pero te aseguro que, cuando no puedes estar con la persona a la que amas, cuando sientes que esta persona tan especial no siente lo mismo que tú por ella, es como si ese dolor tuyo no fuese de este mundo y sólo tú lo sufres...
No quería apartar la atención de mi hija, ni darle un sorbo al café que ya ni humeaba, para que ella no pensara que estaba intentando escabullirme de una conversación madre hija, nada habitual, todo hay que decirlo. Me limité a mirarla, y a estudiar su rostro, quería que fuese ella la que me dijese que estaba enamorada, o al menos que me explicara el por qué de su pregunta,… pero nada, ni un mísero gesto. Al final me decidí a romper yo el hielo…
-¿Estás enamorada?
Hubo un estallido de silencio, mi hija, como si se despertara de un sobresalto, manoteó al aire, se puso de pie y ya saliendo casi de la cocina, se giró un instante y me dijo, tranquilamente:
- ¿Yo?... ni de coña.
Me dejó sola, allí, con mi café frío, mi tostada “tiesa” y una sensación extraña, muy extraña.
Me quedaron muchas cosas por contarle, cosas que no podía, o tal vez no sabía cómo describirle a una niña. Me faltó decirle que cuando amas a alguien y te roza, todo tu cuerpo reacciona como si fueras un calcetín y te dieran la vuelta, no pude hablarle de la necesidad de sentir los besos, y de que no hay nada en este mundo que pueda evitar el deseo y la necesidad de unir tu cuerpo al del otro ser amado, sin que en ello exista un atisbo de monstruosidad o indecencia, y que cuando ambos se entregan, se dejan llevar por la pasión, sintiéndote correspondida en todo momento… Me faltó explicarle por qué el amor puede mover montañas, que éste da la vida o te la quita, que del amor no se habla, se demuestra,… que las promesas son hojas que se las lleva el viento con el tiempo, que jamás las frustraciones o los desamores de otros deben impedir disfrutar de tu amor como si fuera el único, que cada nuevo amor es incomparable y no debe arrastrar restos de otros aún no apagados…
Sentí una congoja atrapar mis pensamientos, una leve angustia.
Me tomé el café frío de un solo trago y después miré al plato donde estaba la tostada,… decidí dejarla allí sin tocar, por “tiesa”,… me dije que ya no hacían el pan como el de antes... no, definitivamente no lo hacían igual…
Ángeles Terán
Reidi.
12 comentarios:
Increiblemente bonito este pensamiento. Ya lo leí en su momento pero creo que preferí no opinar porque me sobrepasó.
Refleja muy bien lo que nos gustaría ser bienamados. Algunas veces lo conseguimos, otras no, Algunas veces para siempre, algunas solo por un tiempo efímero. Yo Reidi quiero que lo alcances y que sea para siempre. Se dice que muchas veces está en nuestras manos el conseguirlo. El luchar por ello y defenderlo. Y seguramente así es. Yo solo digo que cuando el agotamiento en la carrera es demasiado importante, el encanto y el enamoramiento sufren mucho y ponen en entredicho la mágia perseguida. No quería opinar para no enturbiar tan bonita reflexión, sin embargo al final, como siempre has conseguido provocarme.
Nunca dejes de opinar libremente .... Siempre será un gusto saber de tus pensamientos, sean los que sean
Muy bonita la reflexión, preciosa la historia de la hija y la madre. Yo soy de las que piensan que sólo hay un amor verdadero en la vida de cada persona y que quien tiene la suerte de encontrarlo lo sabe. Después si se logra retener es otra cosa. Precioso escrito de Reidi, ¿es de algún libro o extracto?
Gracias Almudena , son trocitos de mis experiencias y sentimientos.... espero que hayas encontrado ese amor del que me hablas
Pues es precioso REIDI, muy bonito. LLegué a tu espacio por casualidad y me ha encantado, precioso todo.
Ese amor lo encontré. Lo tendré siempre en mi memoria, pero desgraciadamente no pude retenerlo, por circunstancias de la vida, como se dice. Pero vaya si lo encontré. Jamás podré amar a otra persona igual.
Tienes cosas muy chulas en este blog , enhorabuena.
No imaginas la suerte que tienes, Almudena... pero si no lo conservaste, igual no fue el amor de tu vida...
Lo fue. Lo es. Lo será. Ya hace más de diez años, y nunca dejaré de amarle como la primera vez que le vi.
Para mi no tengo dudas, quizá hay que sentir lo que yo senti para comprenderlo. Pero REIDI, no hay duda no fue el amor de mi vida, ES EL AMOR DE MI VIDA.
Te dejo un poema de Borges que me encanta:
El amenazado
" Es el amor. Tendré que ocultarme o huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
La hermosa máscara ha cambiado,
pero como siempre es la única.
¿ De qué me servirán mis talismanes:
el ejercicio de las letras,
la vaga erudición
el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte
para cantar sus mares y sus espadas,
la serena amistad,
las galería de las bibliotecas
las cosas comunes,
los hábitos
el joven amor de mi madre,
la sombra militar de mis muertos,
la noche intemporal,
el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo,
es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente,
ya el hombre se levanta a la voz del ave,
ya se han oscurecido los que miran por la ventana,
pero la sombra no ha traído la paz.
Es ya lo se, el amor:
la ansiedad y el alivio de oír tu voz,
la espera y la memoria
el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías,
con su pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos que cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo. "
Me ha encantado tu "El Cajón de mis piedrasII"
Bravo!
Gracias por tu tiempo en leerlo y comentar lo que piensas, es gratificante .
Hermoso poema, aún te te confieso que ya no puedo creérmelos como antes... Será la edad .... Pero supongo que lo importante es quien lo lee y lo que siente al hacerlo, siempre diferente según sus propias experiencias .... Ahora si, es hermoso, hermosas palabras que me llegan al alma, aunque para quien lo haya escrito sólo sean palabras vendibles.... Sin duda lo compraría
qe bonico todo , asta los comentarios !
Precioso. Escribes muy bien
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